Arnaulfo Millán Estrada, un hombre cuya vida fue marcada por el encuentro y amistad con el Padre Wasson, comparte una historia de esperanza y cambio gracias a Nuestros Pequeños Hermanos (NPH).
Un Encuentro Providencial
Arnaulfo recuerda claramente cómo su vida dio un giro decisivo cuando el Padre Wasson, fundador de NPH, lo conoció trabajando como mesero en un hotel local de su pueblo natal: Ixtapan de la Sal, viendo en él un potencial que no podía dejar pasar.
El Padre me dijo “Te invito a que te vayas a Cuernavaca a estudiar, a que termines una etapa, primaria, secundaria… ¡lo que tú quieras! Puedes llegar a ser profesor, yo te voy a ayudar”.
El Camino hacia la Educación
Fue difícil dejar mi pueblo, pero sentí que era la oportunidad que tanto había buscado para salir de analfabeta.
Una vez establecido en Cuernavaca, Arnulfo comenzó sus estudios en apoyo del padre Wasson y el padre York. Donde después de algunas complicaciones, Estrada tendría que decidir entre regresar a su hogar o quedarse en NPH como pequeño hermano, siendo una excepción al no ser huérfano. Momento que no sólo definió su trayectoria personal, sino que también refleja el espíritu inclusivo y el compromiso de NPH en brindar oportunidades a aquellos que buscan superarse.
Yo estaba contento con el estudio, con mis amigos y con cómo me habían tratado entonces eso ganó y le dije al padre “me quedo”.
Sin duda el apoyo del Padre Wasson y de toda la comunidad de NPH le brindó la confianza y el impulso para seguir adelante con sus estudios y aspiraciones. Después de años de esfuerzo y apoyo de NPH, Arnaulfo completó su educación, llegando a ser profesor, contribuyendo así, al sistema educativo en México.
Conoce más sobre el testimonio de Arnulfo
Amor y Compromiso
NPH no solo me dio una educación, sino una familia y un propósito
El impacto de NPH en la vida de Arnaulfo no se limitó solo a lo académico. Conoció a María, su esposa, quien también fue beneficiaria del apoyo del Padre Wasson en Nuestros Pequeños Hermanos. Juntos, formaron una familia y continuaron sirviendo a la comunidad.
El Padre Wasson nos casó, fue un momento de alegría para todos nosotros, los pequeños hermanos de NPH. Dice María con una sonrisa.
Un Legado de Gratitud
llegar a NPH fue para mi como la oportunidad que Dios me dio para darle una transformación total a mi vida. Viviendo en mi pueblito era muy difícil hacer algo.
Después de años dedicados al servicio en NPH, Arnaulfo reflexiona sobre su vida con profunda gratitud.
De alguna manera Dios me bendijo, me dio la oportunidad de llegar a NPH para transformar mi vida… estoy muy agradecido con NPH, le doy gracias Dios por haber podido ingresar y por haber conocido al Padre Wasson, porque realmente era un padre, era un padre para nosotros.
El testimonio de Arnaulfo Millán es un recordatorio conmovedor del poder transformador del amor y la educación en las vidas de aquellos que más lo necesitan. A través de NPH, muchas personas como él han encontrado una nueva dirección y esperanza para un futuro mejor.
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