Acerca de mi
Tengo apenas cuatro años y me encanta estar aquí en la escuela preescolar de Nuestros Pequeños Hermanos (NPH). Cuando suena la campana del recreo, salimos todos a jugar y a disfrutar de una rica fruta que nos dan. Pero sabes qué, yo no puedo comer plátanos. Eso es porque soy alérgica a muchas cosas como los plátanos, la leche, los frijoles y otras cosas ricas. Si llego a comer alguna de esas cosas, mi respiración se pone fea y tengo que ir corriendo a una sala especial.
Cuando llegué a NPH con mi hermano y mi hermana, me hicieron muchos exámenes. Me dijeron que tenía asma, por eso a veces me costaba respirar. Pero aquí todos me cuidan mucho. La nutrióloga Marifer es muy amable y me ayuda a comer cosas ricas que no me hagan daño. Aunque al principio comía mucho, ella me ha enseñado a comer mejor para que esté en mi peso ideal. Y sabes qué más, ¡me gusta mucho colorear en la escuela! Aunque antes no hablaba mucho, poco a poco he ido mejorando y ahora también puedo expresarme con mis dibujos. Eso sí, a veces me pongo malita y tengo que ir al hospital, pero la enfermera Karla siempre está conmigo y me cuida mucho. Somos como una familia.
Mi situación familiar
Mi familia es algo especial, te cuento. Llegué a NPH con mis dos hermanos, Reyes y Jacinta. Vivíamos con mi papá en un pueblito en Morelos, pero él trabajaba mucho y no tenía mucho tiempo para cuidarnos. Nuestra situación no era fácil, los ingresos de mi papá eran bajos y apenas alcanzaban para lo necesario. Por eso, él decidió pedir ayuda a NPH, y así es como llegamos aquí.
Mis hermanos y yo pasamos por muchos exámenes y chequeos cuando llegamos. Aunque al principio me costaba un poco adaptarme, poco a poco fui conociendo a todas las personas aquí que se convirtieron en mi nueva familia. Mi papá siempre quiere lo mejor para nosotros, pero aquí en NPH nos brindan el cuidado y la atención que necesitamos. Aunque a veces extraño mi antigua casa, sé que estamos en un lugar donde nos cuidan y nos quieren mucho.